En Público
Gala de ópera.
Guanajuato 200 años de grandeza.
Por: Víctor Manuel Borrás (FB:lavozdelosclasicos) Fotografías: Naza PF
Guanajuato era una intendencia colonial, y luego una provincia en el período Imperial instaurado por Agustín de Iturbide en 1821 que terminó en febrero de 1823. El 31 de marzo de 1823 se decreta por parte del Congreso Constituyente un Gobierno Provisional de donde surge la República Federada, en junio. Entre el 1 de abril y el 8 de diciembre de 1823, el nombrado Supremo Poder Ejecutivo de la Nación Mexicana recayó en 9 personas. 1 por mes hasta noviembre (8 en total). Del 1 al 8 de diciembre la posición la ocupa Vicente Guerrero. Ese mismo día 8 toma la posición Miguel Domínguez; con él en el cargo, el 20 de diciembre, Guanajuato se declaró como Estado libre y soberano adherido a la Federación Mexicana.
En sus comunicados oficiales, el Gobierno de Guanajuato declara que fue el primer estado en hacerlo. En internet se menciona que fue el segundo, pero no pudimos confirmar cuál habría sido el primero en ese caso. Así que daremos por válido que Guanajuato fue el primer Estado de la Federación Mexicana. Esto hace que su liderazgo en la conformación del país, desde el movimiento de Independencia hasta la emanación del primer presidente opositor electo democráticamente desde la declaración de la República, se convierta en un distintivo del federalismo mexicano.
Por esta razón, desde junio de este 2023 y hasta junio del 2024 se está conmemorando el aniversario 200 del histórico suceso.
El propio día 20 de diciembre, diversos eventos cívicos y artísticos destacados ocurrieron casi de manera simultánea en varios municipios, destacando un concierto de Pepe Aguilar a las 20:00 horas en la Plaza de la Paz en Guanajuato, otro con la Banda El Recodo en las Instalaciones de la Feria del municipio de San José Iturbide a las 22:00 horas, y uno de la Arrolladora en el municipio de Apaseo el Alto en el Jardín Principal a las 21:00 horas.
Pero el evento con el que se quiso poner un moño dorado a las celebraciones, se efectuó en el Teatro del Bicentenario RPS. Dos voces emblemáticas de nuestro país, la soprano Leticia de Altamirano y el tenor Ramón Vargas; acompañados de la Orquesta y Coro del Teatro del Bicentenario; todos bajo la batuta el talentoso director Iván López Reynoso ofrecieron una brillante gala de ópera, patentando no sólo la vocación operística del recinto, sino también la cultural del Estado; ambas, al más alto nivel.
La cita fue a las 5 pm, una hora poco convencional para un evento de este tipo, considerando además que era miércoles. El programa hizo un recorrido por arias y piezas orquestales representativas del género, centrándose en creaciones de Verdi, Gounoud, Donizetti, Bizet, y Puccini.
Al fondo, al centro del escenario, se colocó el blasón del escudo de Armas del Estado de Guanajuato. Originalmente lo era sólo de la Ciudad de Guanajuato, pero que a partir del pasado 16 de noviembre, lo es también del Estado de manera oficial, aunque ya había sido utilizado en las administraciones estatales de Ramón Martín Huerta y Juan Carlos Romero Hicks.
Sobre las ejecuciones, está por demás decir qué ocurrió: fueron impecables. Por parte de la Maestra de Altamirano, llenas de gracilidad y porte, con ese timbre cristalino que le caracteriza. En cuanto a las intervenciones del Maestro Vargas, quedó de manifiesto un total dominio del arte y demostró una vez más por qué su voz lo ha llevado a presentarse en todos los principales escenarios de ópera del mundo. Ciertamente, en un par de momentos le falló el instrumento, pero es sólo un recordatorio de que hasta al mejor le puede pasar. En el aria de Jacopo Foscari de la ópera Los Dos Foscari, de Verdi, para completar el dueto, tuvo una breve pero muy consistente participación el tenor Jaime Castro Pineda, director del Coro del Teatro del Bicentenario.
Todos: orquesta, solistas, y coro, arrancaron diversas expresiones de admiración, aunadas a las ovaciones al término de cada una de sus intervenciones. Se respiraban todas las emociones.
Al terminar el dueto O soave fanciulla, de La Bohème, aria con la que finalizaba el programa, la larga y sonora ovación dejaba claro que el público no iría a ningún lado; querían extender un poco más la exaltación del momento, a lo cual accedieron los músicos, con creces. Así pues, apareció Ramón Vargas para presentarlo como: “…de una leonesa. Ustedes ya saben quién es”. La canción a dueto “Despedida” de María Greever, trajo a Guanajuato al recinto. Otra ovación, como cascada, pedía más. Y comenzó a sonar una pieza que, los que saben, ya podían adivinar que se trataba de una composición de Arturo Márquez; era su extraordinario arreglo a modo de danzón de la tradicional “Bésame mucho”, de Consuelo Velázquez. El público, insaciable, volvió a ovacionar sonoramente. Un tercer encore fue el culmen de una gran tarde de celebración y nada más adecuado que el Brindis, de La Traviata, para que director, solistas y coro, se fundieran en una despedida por todo lo alto.
Algo que debe comentarse es ajeno al evento, pero no menos importante: El recinto, a la hora de inicio del evento, lucía a tres cuartos de su capacidad. ¿Cómo es eso posible si las localidades, que eran gratuitas, se habían agotado en cuarenta y cinco minutos por gente que hizo fila desde dos horas antes que abriera la taquilla? Esto es necesario comentarlo porque lleva trece años sucediendo. El concierto inaugural del Teatro fue transmitido por streaming y las tomas al público mostraban la misma imagen, con demasiados asientos vacíos. Se entiende que pueda haber imprevistos y alguien a última hora no pueda acudir. Se entiende que haya que dejar espacios de seguridad dado que están representantes de las autoridades. Pero, ¿300 imprevistos? ¿200 espacios de seguridad? ¿Por qué seguir reservando lugares a gente que no le interesan estos eventos? ¿Por qué no asignar algunos para asilos u orfanatos? Hay ancianos que gustan de eventos así y ya no pueden acudir por falta de dinero. Hay niños de 10 a 15 años con vidas rotas a los que un acceso a un evento así les puede marcar un nuevo destino, mucho más luminoso en sus vidas. Sin duda, debe existir una estrategia correcta para que esos eventos se llenen como cuando la gente paga por su lugar.
Muchas gracias, queridos lectores por acompañarme en esta aventura recién comenzada. Procuraré estar con ustedes al menos un par de veces al mes (o si se puede, más) este nuevo año. Les deseo que tengan éxito en lo que hacen día a día. Y suerte, porque también ocurre.
Nos leemos pronto, En Público.