¿Qué pasa tras la muerte del Papa Francisco?
Así se elige a un nuevo Papa
Con profunda tristeza, el mundo católico ha recibido la noticia del fallecimiento del Papa Francisco, el primer Pontífice latinoamericano y una figura clave en la historia contemporánea de la Iglesia. Su muerte marca el inicio de uno de los procesos más solemnes y significativos del Vaticano: la elección de un nuevo Papa.
A continuación, te explicamos paso a paso qué sucede y cómo se elige al sucesor del Papa Francisco.
1. Sede Vacante: el inicio del proceso
Con la muerte del Papa Francisco, se declara oficialmente la “Sede Vacante”, es decir, que la Sede de San Pedro queda vacía. Desde ese momento, se suspenden todas las funciones del pontífice y se activa el protocolo establecido por la Constitución Apostólica “Universi Dominici Gregis”.
El gobierno de la Iglesia queda temporalmente en manos del Camerlengo, el cardenal encargado de velar por los asuntos administrativos del Vaticano hasta que se elija un nuevo Papa.

2. Reunión de los cardenales
Se convoca a todos los cardenales menores de 80 años para que viajen al Vaticano. Estos cardenales, conocidos como “cardenales electores”, tienen la responsabilidad de participar en la elección del nuevo Sumo Pontífice. En total, no pueden ser más de 120.
Previo al Cónclave, se realizan congregaciones generales, donde los cardenales analizan la situación actual de la Iglesia, los desafíos por venir y las cualidades que esperan del próximo Papa.

3. El Cónclave en la Capilla Sixtina
Una vez listos, los cardenales ingresan en la Capilla Sixtina, donde se lleva a cabo el Cónclave. Allí, en un ambiente de recogimiento y bajo estrictas medidas de confidencialidad, los cardenales emiten sus votos.
Antes de que las puertas se cierren, se celebra una misa especial llamada “Pro Eligendo Pontifice”, donde se pide la iluminación del Espíritu Santo para tomar una decisión justa y sabia.

4. La votación secreta
Durante el Cónclave, los cardenales votan hasta cuatro veces al día (dos por la mañana y dos por la tarde). Cada uno escribe en una papeleta el nombre del cardenal que considera más apto para guiar a la Iglesia en este nuevo tiempo.

Para que un candidato sea elegido, debe obtener al menos dos tercios de los votos. Si no se logra la mayoría necesaria, las papeletas se queman y de la chimenea de la Capilla Sixtina sale humo negro, señal de que aún no hay Papa.
Cuando finalmente se alcanza el consenso, las papeletas se queman nuevamente, pero esta vez, el humo es blanco: ¡Habemus Papam!
5. Aceptación y nombre del nuevo Papa
El cardenal que ha sido elegido es consultado: “¿Aceptas tu elección como Sumo Pontífice?”
Si responde afirmativamente, elige un nombre papal, siguiendo la tradición.
Este nombre refleja, generalmente, el estilo de liderazgo, inspiración espiritual o modelo de santidad que el nuevo Papa desea seguir. Por ejemplo, el Papa Francisco eligió ese nombre en honor a San Francisco de Asís, símbolo de humildad y cercanía a los pobres.
6. El anuncio al mundo: Habemus Papam
Una vez que el nuevo Papa acepta, el cardenal protodiácono aparece en el balcón central de la Basílica de San Pedro y pronuncia la icónica frase en latín:
“Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam!” (“Les anuncio una gran alegría: ¡Tenemos Papa!”). Luego, se menciona el nombre del nuevo Papa y su nombre papal.
7. Primera bendición del nuevo Pontífice
Minutos después, el nuevo Papa aparece ante miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro (y millones alrededor del mundo por televisión o internet) y ofrece su primera bendición “Urbi et Orbi” (“a la ciudad y al mundo”), marcando oficialmente el inicio de su pontificado.
La muerte del Papa Francisco representa el cierre de un capítulo importante en la historia de la Iglesia, pero también el comienzo de una nueva etapa. La elección de su sucesor no solo es un proceso espiritual y litúrgico, sino también una decisión con profundas implicancias sociales, culturales y geopolíticas.
Con respeto, oración y atención, millones de fieles en todo el mundo siguen de cerca este histórico momento.