En Público

Descubriendo a Prokófiev

Con Alejandro Vela

Por: Víctor Manuel Borrás   (FB:lavozdelosclasicos) 

Fotografías: Forum Cultural

Fue el cierre del ciclo de conciertos a 70 años de la muerte de Sergei Prokofiev, un compositor al que nunca había prestado atención, y que conocí de la mano de algunos artistas en estos dos meses.

El concierto de ayer me costó trabajo, fue muy exigente para mi oído. Mi gusto tiende a lo tradicional, a lo clásico, a lo conservador. Así que escuchar música que tiende a lo contemporáneo, a la ruptura con la armonía y la rítmica clásica, me cuesta mucho trabajo; por esos cambios que van de lo armónico a lo estridente, del pianissimo al fortissimo, del agudo al grave, del orden al caos, y a la inversa, súbitamente.

En punto de las 8 pm, se dio la tercera llamada, y apareció el Maestro Alejandro Vela, reconocido pianista originario de Piedras Negras, que pasa de 45 años aunque aparenta 10 menos, con su esbelta figura. Se sentó al piano y comenzó un concierto que inició con tonadas que perfectamente podían haber procedido de coplas infantiles, rítmicas y sencillas. Pero que intempestivamente en algún momento pasaron de nuevo a ese sonido saturado, de ondas que chocan unas con otras antes de llegar al oído, a veces, pasando por la marcialidad. Una obra que con sus altibajos me llevaba a pensar en los que ocurren en un día de la vida de cualquiera o, tal vez, en una relación no muy sana de dos personas. Esta segunda idea resultó ser más cercana a la del compositor, pues luego pude confirmar en el programa que se trataba de Romeo y Julieta Op. 75. Me resultó muy atractivo el final de esta obra que, si bien no está indicado como “morendo” en la partitura, bien podía decirlo, pues tras unos golpeteos letárgicos, tal vez como suspiros desesperados, las notas fueron muriendo, lentamente, hasta convertirse en silencio.

Después vino la Sonata No. 3 en La Menor Op. 28. Otra obra compleja con ires y venires por ritmos estresantes y relajantes por igual. Es de destacar que si bien fue complejo para mí, como público, no era menos complejo para el ejecutante. Era un mundo de notas que se tocaban en segundos y que abarcaban todo el teclado de ida y vuelta. Tras el contundente final vino un breve intermedio y tras el intermedio la Sonata No. 8 Op. 84.

Como les comentaba es música que tiende al estilo contemporáneo de composición. Ésta última escrita en 1944, me complica su disfrute por las formas que contiene. Lo cual, vuelve más admirable el trabajo del pianista, que tiene que darle una interpretación a una partitura de suma complejidad.

Me parece que con este concierto se proyecta mejor el estilo propio de Serguéi Prokófiev, un compositor redondo que igual recurre al clasicismo europeo, a la marcialidad,  al romanticismo ruso o al estilo contemporáneo, y en todos hace un trabajo brillante.

Obviamente, hubo una gran ovación al final, y por ello, Alejandro Vela tuvo a bien regalarnos un encore de un compositor actual que descubrí hace un par de años a lo mucho, y que realmente les recomiendo escuchar, se trata de Ludovico Einaudi; su música es sumamente relajante. La pieza se llama Nuvole Bianche (Nubes blancas) y la interpretó en memoria de una tía suya que falleció el año pasado.

Así, cerró este fantástico ciclo de conciertos, llenos de virtuosismo ruso y mexicano.

Nos leemos pronto, En Público.

 

 

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