De Perfil

Alain del Real

Un camaleón al piano

 

Por: Víctor Manuel Borrás   (FB:lavozdelosclasicos) 

Fotografías: Cortesía

Tuve el gusto de conocerlo en una situación por demás informal, después de algún ensayo de la ópera Don Giovanni. Sabía que había dado un recital, al cual no acudí, unos meses antes, así que tenía prestigio.

Me citó en el Teatro, donde estaba ensayando para que pudiéramos charlar y que me permitiera acercarlo a ustedes a través de Jouska. Al terminar su ensayo, nos saludamos con un abrazo y me permitió acompañarle mientras cenaba. Con esa naturalidad y confianza me permitió entrar a su vida, a sus filias, a su esencia. En exclusiva.

Es Alain del Real: el pianista de concierto y de ópera, el compositor tanto de canciones que se estrenan en el extranjero como de música en estilo clásico romántico o de música influenciada por el britpop, interpretada por Cristian Castro. (Sí, leyeron bien, más abajo les cuento). El arreglista que mete a Schubert en “El Triste” de Roberto Cantoral. El fanático de Chopin y Led Zeppelin, de Rachmaninoff y Pink Floyd, de Mussorgsky y The Beatles, de Prokóiev y The Doors, de Scriabin y Oasis. El cercano amigo de María Katzarava. El mayor de tres hermanos, hijos de un matrimonio como tantos; de padre ingeniero y de madre operadora telefónica radicados en Nayarit. El exfutbolista que se enroló en la liga infantil con Las Chivas. El que de niño jugaba a las canicas, al trompo y al yoyo. El hombre de cuarenta y un años con los que está muy agradecido y que se reinventa al paso de la vida.

 

Inspirado por La Balada n.° 1 en sol menor, op. 23 de Frédéric Chopin, en una escena de la película Impromptu de 1991, decidió que quería dedicarse a eso mismo: Ser un gran pianista. Y lo ha logrado. Ha dado conciertos con renombradas orquestas y recitales como solista.

 Su preparación formal en música comenzó a los 14 años en el Conservatorio de las Rosas, en Morelia, y a partir de ahí comenzó una afortunada carrera que lo ha llevado a los principales escenarios y eventos culturales del país. Actualmente es pianista acompañante y coach de cantantes de ópera en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Panamericana, y coach en el Estudio de Ópera de Bellas Artes, en la Ciudad de México.

Pero no sólo eso, tiene su lado “darks” y otro más popular. Nos compartió que está ejecutando dos nuevos proyectos. Uno en conjunto con la renombrada soprano María Katzarava, que no tiene nada qué ver con ópera, pero que apenas va a ser presentado y no nos compartió más detalles. El otro está inspirado en el britpop, “la consigna -dijo- es crear el álbum más triste del mundo”, está escrito en inglés y será interpretado nada menos que por Cristian Castro, sí, el de “No Podrás” y “Azul”. Ya están grabados los demos y en una de esas, hasta se incluye una de las canciones en su próximo álbum. Esto representa la materialización de otro de sus más grandes sueños, que era tocar en una banda y grabar álbumes, como hicieran Radiohead y Coldplay.

Hace un año, el 13 de Julio, presentó un recital en el marco del ciclo de conciertos a 70 años de la muerte de Serguéi Prokófiev, conformado por sólo dos obras. La primera fue “Cuadros de una exposición” de Modest Mussorgsky, escrita en 1874. Obra tan genial que ha sido llevada al rock o al trash metal progresivos. La segunda, fue la Sonata No.6 en La mayor Op.82 de Sergei Prokófiev, obra que el mismo compositor ejecutara en su estreno, en Moscú, en abril de 1940.

A la pregunta sobre si él piensa que el compositor viene, en un sentido, digamos, “místico” a usar sus manos o su ser como instrumento para la ejecución de las obras en los recitales o conciertos, tajantemente dijo que no, “Yo hago la obra mía. Yo no necesito que el compositor venga a decirme qué hacer, porque para eso trabajé, estudié la obra, e investigué”. Lo cual hace absoluto sentido, porque así él puede expresar sus sentimientos, apoyado en la obra de un compositor, y no necesariamente de manera exclusiva los sentimientos del compositor, que en su tiempo y espacio ya fueron expresados; obviamente en la medida de lo posible, pues la composición debe respetarse.

Actividad tiene por montones: En cuanto a su faceta de pianista de ópera, estuvo colaborando en los ensayos para el estreno de Parsifal en México dentro del programa del Liber Festival, ocurrido en abril, pero que tomó varios meses para su preparación. Después, ofreció tres conciertos en Baja California, y el pasado día 30 de junio ofreció un concierto con una docena de alumnos de un curso que impartió sobre especialización en música alemana.

La agenda de las próximas semanas es intensa: En la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, el día 4 de Julio a las 18 horas, acompañará a María Castillo de la Lima, solista argentina trans que canta tanto en la tesitura de soprano como de tenor. Luego, del 11 al 14, tiene programado participar, bajo la dirección de Christian Gohmer, en la presentación de Les Noces, de Igor Stravinsky, en la sala principal de Bellas Artes. Es una obra para ballet, que incluye para su ejecución ¡4 pianos, 6 percusionistas, coro y 4 solistas! Excéntrico, es poco. Del 21 al 30, irá a las Islas Canarias a presentar un programa que incluye nuevamente Cuadros de una Exposición y repertorio de música española, además de otro recital acompañando a un tenor con un repaso histórico de piezas de música mexicana. También allá impartirá clases. Eso es en el marco de la 5a. Edición del Zarzuela Estudio Internacional. Finalmente, de lo que ya tiene confirmado, del 5 al 16 de agosto se va a Colombia, al Festival Lírico Internacional, en Medellín.

Aquí te compartimos los carteles de esos eventos.

 

 

Pasando a lo que no tiene qué ver con música, nos habló sobre su pasión por los perfumes, es coleccionista, le fascinan las botellas y las esencias -de preferencia obscuras-; que de entre todas, hay una que le gusta en particular, el ingrediente se conoce como “Oud”. Es un compuesto un tanto complejo, tal vez como los gustos musicales de Alain. Tal vez como su propia personalidad camaleónica, como él mismo se definió. El Oud es una resina que liberan los árboles del género Aquilaria, nativos de oriente y medio oriente, en respuesta a una infección de un hongo en particular, en un proceso de décadas o hasta siglos.

Su paladar es de gusto fuerte: Cerveza artesanal, vino tinto, café sin endulzar. Fuerte.

Volviendo al tema de la música, su consejo a los nuevos pianistas, violinistas o instrumentistas de ese corte, es “que desarrollen su técnica en la juventud, lo antes posible, porque es la que los va a hacer sobrevivir en el futuro. Si la técnica no está bien antes de los 20 o 21, se vuelve más complicado… porque el cuerpo se desarrolla en función del instrumento”. Tomen esto en cuenta, papás.

 

Al final, llegó el momento de saber, ¿Alain cuál es tu Jouska?:   

“¿Qué hacer para lograr tener tranquilidad, equilibrio en la vida?”.

 

 

 

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