Silvia Pinal
Un ícono del cine, la televisión y la cultura mexicana
Silvia Pinal Hidalgo, nacida el 16 de septiembre de 1931 en la Ciudad de México, ha sido una de las figuras más influyentes del cine, la televisión y el teatro mexicano. Su legado, que abarca más de siete décadas de carrera, no solo la posiciona como un referente de la Época de Oro del cine mexicano, sino que también la ha convertido en un ícono cultural y social, con una vida personal igualmente fascinante.
Primeros años y carrera temprana
Desde su infancia, Silvia Pinal mostró una gran fascinación por las artes. Hija de María Luisa Hidalgo y Moisés Pasquel, y adoptada por Luis Pinal, su padrastro, la joven Silvia comenzó a estudiar música y actuación. A pesar de la presión de su padre para que estudiara algo “útil”, como mecanografía, su pasión por el arte nunca flaqueó. A los 14 años, comenzó a trabajar como secretaria en Kodak, pero su verdadera vocación estaba en el mundo del entretenimiento. Estudió ópera y actuación, debutando en teatro y radio antes de ingresar al cine.
Su carrera en el cine comenzó en 1949 con papeles secundarios en películas como El pecado de Laura, y rápidamente se ganó un lugar en el cine nacional. En 1953, recibió su primer Ariel por su actuación en Un rincón cerca del cielo y continuó destacándose en diversas películas a lo largo de la década de los 50.
Época de Oro del Cine Mexicano
Silvia Pinal alcanzó la fama internacional en la década de 1960, cuando trabajó con el legendario director español Luis Buñuel. En 1961, protagonizó Viridiana, una película que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes, pero que también fue censurada en España y el Vaticano por su contenido controvertido. Este éxito internacional consolidó a Silvia Pinal como una de las grandes estrellas del cine mundial. Su colaboración con Buñuel continuó con El ángel exterminador (1962) y Simón del desierto (1964), películas que permanecen entre los clásicos más importantes de la historia del cine.
Durante los años 60, Pinal también participó en otras películas importantes, como La soldadera (1966) y Los cañones de San Sebastián (1967), trabajando junto a grandes estrellas internacionales como Anthony Quinn y Charles Bronson.
Matrimonios y vida personal
La vida personal de Silvia Pinal fue tan fascinante como su carrera profesional. Su primer matrimonio fue con el actor y director Rafael Banquells en 1947. De esta relación nació su hija Sylvia Pasquel, pero la pareja se divorció en 1952.
Años después, en 1957, se casó con el productor cinematográfico Gustavo Alatriste, con quien tuvo a su hija Viridiana. Fue gracias a este matrimonio que Pinal pudo trabajar con Buñuel. Sin embargo, esta relación terminó en 1967 debido a diferencias personales y profesionales.
Ese mismo año, Silvia se casó con el cantante y actor Enrique Guzmán, con quien tuvo dos hijos, la cantante Alejandra Guzmán y el músico Luis Enrique Guzmán. Sin embargo, el matrimonio, marcado por diferencias de edad y problemas de violencia intrafamiliar, terminó en divorcio en 1976. En 1982, Silvia se casó con el político Tulio Hernández Gómez, gobernador de Tlaxcala, lo que le permitió incursionar en la política. Este matrimonio también terminó en divorcio en 1995.
A lo largo de su vida, Silvia mantuvo varias relaciones amorosas, incluyendo con personalidades como el actor egipcio Omar Sharif y el empresario Conrad Hilton, lo que la convirtió en una figura muy mediática tanto por su talento como por sus historias de amor y desamor.
Compromiso social y apoyo a la diversidad sexual
Además de su éxito profesional, Silvia Pinal ha sido una defensora activa de los derechos humanos y la inclusión. En 2013, durante su gestión como secretaria general de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), expresó su apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción por parte de parejas homosexuales, destacando su postura a favor de la igualdad. “No estoy en contra de los matrimonios gay, ni de las adopciones. Apoyo a la gente que trabaja y colabora con nosotros”, declaró.
Silvia también ha estado involucrada en diversas causas filantrópicas, como la fundación de la Asociación Rafael Banquells A.C., que ayuda a artistas en situación de vulnerabilidad. Además, ha promovido eventos como los Premios Bravo, que reconocen el trabajo artístico en diversas disciplinas.
Política y últimos años
En su vida posterior, Silvia Pinal también incursionó en el ámbito político. Entre 1981 y 1987, fue primera dama de Tlaxcala, desempeñándose como presidenta del DIF estatal. Durante su mandato, impulsó importantes proyectos culturales, como la restauración del Teatro Xicohténcatl y la conservación de la zona arqueológica de Cacaxtla. En 1991, se convirtió en diputada federal, y más tarde, entre 1997 y 2000, fue senadora, donde trabajó en la promulgación de leyes en favor de la cultura y el cine mexicano.
A pesar de algunos conflictos legales y financieros, como los que la llevaron a mudarse temporalmente a Miami en los años 2000, Pinal siguió siendo una figura destacada en la cultura mexicana. En 2001, la serie Mujer, casos de la vida real, que ella produjo y presentó, se convirtió en uno de los programas más exitosos de la televisión mexicana, con un formato que abordaba historias de la vida cotidiana.
En los últimos años de su carrera, Silvia regresó al teatro y al cine. En 2008, participó en la obra Adorables enemigas y tuvo un papel en la telenovela Fuego en la sangre. En 2010, protagonizó la telenovela Soy tu dueña, y más tarde, en 2017, interpretó a doña Imelda en Mi marido tiene familia. En 2019, se estrenó la serie biográfica Silvia Pinal, frente a ti, que narraba su vida y carrera.
A pesar de los retos de la vejez, en 2022, Silvia regresó al teatro en la puesta en escena Caperucita, ¡qué onda con tu abuelita!, aunque la obra recibió críticas mixtas debido a su estado físico. En 2021, filmó su último proyecto, el cortometraje El escandaloso encanto de los egos rotos, marcando su despedida del mundo artístico.
Legado
Silvia Pinal ha dejado un legado indeleble en la cultura mexicana y en el cine internacional. Su carrera trasciende no solo por sus contribuciones artísticas, sino también por su impacto como icono de la cultura popular y su constante reconocimiento a lo largo de los años.
A lo largo de su vida, Pinal fue retratada por grandes artistas, como Diego Rivera, Oswaldo Guayasamín y Mario Chávez Marión, y su imagen fue popularizada en anuncios publicitarios, como el de la cerveza Corona en 1954, donde se la mencionó junto a estrellas internacionales. En 1955, Rivera la pintó, y se estima que su cuadro podría costar millones de dólares en la actualidad.
Su figura fue también un símbolo en el ámbito cultural y artístico, recibiendo diversos homenajes. En 2002, se le dedicó una estatua en el Parque de los Venados de Ciudad de México, obra del escultor Ricardo Ponzanelli. Cuatro años más tarde, fue condecorada en España con la Orden de Isabel la Católica por su aporte al cine, y en 2013, su figura de cera fue develada en el Museo de Cera de la Ciudad de México.
Silvia Pinal continuó su legado en la literatura, publicando su autobiografía Esta soy yo en 2015. En 2016, fue reconocida por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, como parte de su vasta contribución al cine. En 2018, el Teatro Hidalgo en Ciudad de México instauró una butaca con su nombre, y en 2019, fue interpretada por Carmen Madrid en la teleserie La Guzmán, basada en la vida de su hija Alejandra Guzmán.
En 2022, Silvia Pinal recibió múltiples homenajes: uno en el Palacio de Bellas Artes, donde celebraron su trayectoria, y otro en el Teatro del Bosque Julio Castillo, donde fue galardonada con el Premio a la Trayectoria Profesional durante los Premios Metropolitanos de Teatro. Además, su legado continúa vivo en la cultura popular a través de memes que recuerdan sus icónicas frases, como la de “acompáñame a ver esta triste historia”, que se popularizó en su serie Mujer, casos de la vida real.
Silvia Pinal es, sin duda, una de las figuras más queridas y respetadas del cine y la televisión mexicana, cuyo legado perdurará en diversas formas. Descanse en Paz nuestra última Diva del cine de Oro.