De Perfil
Sergio Vela
y su estreno de Parsifal en México
Por: Víctor Manuel Borrás(FB:lavozdelosclasicos) y Laura Durán (@launiceduran) Fotografías: Guillermo Kahlo, Carlos Alvar y Naza Pf
Sergio Vela es una persona dedicada a interpretar y recrear obras magistrales, dándoles nueva vida a través de su visión artística. Se considera a sí mismo una persona guiada por la sensibilidad y el conocimiento, siempre en busca de obtener el mejor resultado posible. Su principio es hacer todo de la mejor manera, asumiendo la responsabilidad que cada proyecto conlleva, con un gran sentido de autocrítica, pero sin perder de vista la alegría y el buen humor en los procesos creativos.
Agradece profundamente a la vida y a la Divina Providencia por haber nacido en el hogar en el que creció, y por haber tenido a los padres que tuvo. Su infancia fue atípica, pues su comportamiento no coincidía con el de otros niños de su edad, pero vivió feliz en un entorno lleno de estímulos visuales, musicales y literarios, con un profundo sentido artístico.
Desde pequeño, sus padres le inculcaron el precepto de no conformarse con menos de lo que sus capacidades permitían. Su padre y él solían sentarse a escuchar discos de ópera con el libreto en mano, y así compartía con él su pasión por la estética. Además, su madre, que era estadounidense, le enseñó inglés desde temprana edad, mientras que su padre, hablante de italiano, facilitó la comprensión de los textos operísticos. Gracias a esta influencia, Sergio desarrolló una pasión por otros idiomas.
A los 5 años, Sergio descubrió la ópera y quedó cautivado por ella. La primera que vio en vivo fue Il Trovatore de Giuseppe Verdi, una experiencia que recuerda vívidamente, tanto en lo musical como en lo visual. A partir de ese momento, la ópera se convirtió en su gran fascinación.
Un año después, le regalaron un libro de sinopsis operísticas que se convirtió en su libro de cabecera. Gracias a él, pudo conocer la trama de las principales óperas antes de escucharlas o verlas en el escenario.
Sergio considera que el estar expuesto desde una edad temprana a estímulos estéticos favorables, implica la posibilidad de desarrollar una sensibilidad artística y su comprensión racional y con ello una afición o hasta una vocación.
Estudió Derecho con la intención de explorarlo, sin compromiso de seguir los pasos de su abuelo y su padre, grandes juristas. Sin embargo, el pensamiento jurídico le permitió entender mejor el comportamiento de una sociedad, un aprendizaje que valora enormemente.
La arquitectura, por otro lado, es otro de sus grandes intereses. Muchas de sus decisiones escénicas están influenciadas por principios arquitectónicos, y el entorno físico que lo rodea siempre ha jugado un papel crucial en su trabajo.
El compendió de sus aprendizajes e intereses le llevan a considerar al género de la ópera como un continente que abarca lo mejor de la cultura occidental. Saber de ópera, según Sergio, es comprender la historia, la filosofía, la literatura, el teatro y la interpretación, además de la música.
Sergio llegó al Seminario de Cultura Mexicana por invitación en 2014. Esta ha sido una experiencia que le ha permitido seguir aprendiendo y compartiendo su visión sobre el arte.
Sobre el estreno de Parsifal en Brasil y México
El proceso de puesta en escena de Parsifal se revisó para adaptarlo a cada espacio de los teatros en los que se presentó. Esto incluyó ajustes en los ángulos, la iluminación, el sonido y la psicología de los personajes. Por ejemplo, en la obra de Wagner, el coro debe estar distribuido en tres niveles físicos: el coro de caballeros (tenores y bajos) en escena, el coro de sopranos y niños en lo alto de la cúpula, y otra sección del coro en la mitad. Dado que los coros del Teatro del Bicentenario, el Conservatorio de Celaya y el coro del Valle de Señora no estaban especializados en ópera wagneriana, Sergio decidió asignarles un espacio que les permitiera concentrarse en la dirección musical, aprovechando los balcones de los tres niveles del teatro. Esto ofreció una experiencia acústica fiel a la visión de Wagner.
Es importante destacar el trabajo de Jaime Castro Pineda al frente del coro, quien logró que la concertación de los tres coros fuera excepcional, un desafío que, afortunadamente, no resultó tan complicado gracias a su habilidad y dedicación.
La preparación para el estreno de Parsifal comenzó entre 9 y 12 meses antes del estreno, y se desarrolló durante 6 semanas de intensos ensayos. El Teatro del Bicentenario fue elegido como sede para esta producción debido a que ofrece la posibilidad de contar con un tiempo adecuado para los ensayos y permite gestionar todos los aspectos del proyecto en un solo centro: desde la integración del reparto, la preparación del coro y la orquesta, hasta la atención al público.
La flexibilidad del Teatro del Bicentenario y el entusiasmo del Maestro Jaime Ruiz Lobera para montar una ópera de Wagner llevaron a Sergio a optar por un reto mayúsculo. En lugar de elegir una producción más sencilla, eligió Parsifal, una obra que el teatro estaba en condiciones de resolver técnicamente. Sin embargo, dada la magnitud del proyecto, el teatro no podía afrontarlo solo. Por eso, se sumaron esfuerzos y se aprovechó la posibilidad de retomar el concepto del *Liber Festival de Arte & Cultura* del Centro Ricardo B. Salinas Pliego, integrando así participación privada y pública. Esto permitió incluir otras actividades, como proyecciones de cine, una exposición fotográfica, recitales y conciertos, así como una experiencia de realidad virtual.
La ópera y el público en México
Respecto a si existe público para Wagner en México, Sergio afirma que la respuesta es clara: el público mexicano respondió positivamente, aplaudiendo al final de las tres funciones de Parsifal, que tuvieron una gran concurrencia.
La importancia de los festivales
Sergio siente un profundo desagrado por la rutina, que es la norma en la mayoría de los teatros del mundo. Es por eso que le atrae el formato de los festivales, ya que estos ofrecen un paréntesis en el ritmo habitual de la vida. A lo largo de los años, ha dirigido varios festivales, disfrutando de la posibilidad de ofrecer algo diferente, de romper con la rutina y presentar nuevas experiencias al público.
¿Qué es Guanajuato para Sergio?
“Guanajuato tiene un significado muy especial para mi. Fue ahí donde decidí convertirme en director de escena, después de haber presenciado en mayo de 1982 tres funciones consecutivas de *Ricardo III* del Teatro Rustaveli. De ser espectador del Festival Cervantino, pase a convertirme en uno de los directores más jóvenes del mismo, con solo 26 años. Guanajuato es una realidad biográfica muy querida para mi”
¿Qué es México para ti
“Un dolor de cabeza muy querido. Porque es una realidad muy complejo, por que es una nación rica llena de potencial pero con problemas añejos de toda índole. Es un país que no deja de ser seductor para mi que quiero entrañablemente”.
En cuanto a su futuro, Sergio desea persistir en su trabajo y, sobre todo, tener la tranquilidad de ver a sus hijas seguir sus caminos con autonomía. Anhela poder estar serenamente en su casa con su esposa, ideando nuevas aventuras. Y quizás, en algún momento, dirigirla nuevamente como actriz.
Al final, llegó el momento de saber, ¿ Sergio cuál es tu Jouska?:
“Mi Jouska, Es conservar un sentido ético y justo de la vida, que en el Derecho Romano se sintetiza como: no dañar a los demás, vivir honestamente y dar a cada quien lo que le corresponde, Que para mi es una de las mejores herencias que me dejo mi padre”.
Sergio Vela
Director general de Arte & Cultura del Centro Ricardo B. Salinas Pliego. Director de escena y diseñador especializado en ópera, cuyos trabajos se conocen en múltiples países. Promotor artístico y musicólogo, imparte cátedras, cursos y conferencias, y es autor de ensayos sobre arte y humanidades. Ha encabezado importantes instituciones culturales de México y recibido condecoraciones de Alemania, Dinamarca, España, Francia e Italia. Es actualmente director general de Arte & Cultura del Centro Ricardo B. Salinas Pliego y miembro titular del Seminario de Cultura Mexicana.