En Público

Por Guanajuato: llueva, truene o relampaguee.

La fiesta de TV4 con Alejandro Fernández.

Por: Víctor Manuel Borrás   (FB:lavozdelosclasicos) 

Fotografías: Antonio Partida, Oliver Machain y Launice Durán

Seguramente has querido alguna vez organizar una reunión con algunos amigos y la has pospuesto una y otra vez porque uno u otro no puede. Pero también seguramente han organizado un plan en media hora que sale muy bien. 

Ahora imagínense que organizan un evento masivo en una semana. No tienen lugar, no tienen invitados, pero tienen un muy buen pretexto. Eso le pasó a TV4, el canal de medios del Estado de Guanajuato, en su cumpleaños número 41. Contactaron a Alejandro Fernández y les dijo que sólo disponía de esa noche, o si no, sería dentro de varios meses. Afortunadamente para eso están los recursos y se organizó casi perfectamente. 

Digo “casi” porque el negrito en el arroz era muy difícil de pasar por alto: restringieron el acceso del público a uno solo, ¡UNO!. Es decir, sólo por UN espacio tenían que entrar y salir 15 mil personas que fueron citadas en lo que se conocía como “Las Dunas”, y que ahora se llama “Cañón del Valle de la Independencia”, ese lugar que pasó de ser una loma, a ser una mina de tepetate y que ahora es un enorme espacio abierto, a 50 metros bajo el nivel del terreno circundante, en el entronque de los caminos de Loza de los Padres, Santa Ana del Conde y la Carretera Panamericana. Fue hora y media sólo de fila para el estacionamiento. Eso hizo que el aforo estuviera a menos del 10% de su capacidad a las 6 pm, una hora después de la hora programada de inicio, que era a las 5 pm.

En mi caso, salimos a las 5 de Centro Max y llegamos 5:35 a formarnos en la curva que sale del camino de Comanjilla y se incorpora a la carretera 45. Entramos a las 7 pm al estacionamiento, que estaba en una planicie alta y todavía había que caminar unos 10 minutos hacia el acceso al foro. Era menester pensar en algo eficaz y eficiente en términos del transporte, porque estamos hablando de que hay que tomar un tramo de 10 kilómetros de carretera aproximadamente. Si se tienen los recursos y los contactos, ¿no podían echarle un grito a los amigos de Flecha Amarilla, que entre otras cosas, administran una parte del transporte público de León (incluidas las orugas), el interurbano por medio de Unebús y los propios camiones de Flecha Amarilla, para hacer carruseles desde diversos puntos de la ciudad, aunque fueran con costo?.  Esa hora y media que tardamos en entrar la utilicé para observar los autos. Conté 158 vehículos, de los cuales 81 iban con 2 ocupantes, 25 con 4 y otros 25 con 3, 6 con 1, 17 con 5, 3 con 6 y 1 con 7. Ojo, esos que iban con más de 5 ocupantes eran vehículos de 5 plazas. Aunque era la primera vez para un evento así en ese sitio, no es la primera vez que se organiza un evento así de masivo en el Estado; está el Rally, están los Globos… y ya se sabe que una aglomeración así es muy peligrosa si se habla de seguridad, muy costosa en términos de recursos, y muy contaminante en términos ambientales. Espero que este muestreo le sirva en un futuro a quien toma las decisiones para disminuir todos esos impactos y riesgos.

Habiendo estacionado el coche, la organización ya se notaba, pues estaba mucho más bajo control. Me llamó la atención que en el acceso peatonal, indicando a los asistentes por dónde pasar, estaba nada menos que Marcos Llamas, sí, el conductor de noticias -a quien le mando un saludo-, muy animado recibiendo a la gente. Me contó que en la semana había ido a hacer el scouting para revisar la viabilidad del sitio y su acondicionamiento. Eso me habla muy bien del trabajo en equipo que hicieron todos en el canal.

Como les digo, desde ese punto, al acceso al foro, había que caminar un buen trecho. Llegamos ahí a las 7:40 a tan sólo 20 minutos de que comenzara el concierto. Ahí me llamó la atención la cantidad de baños portátiles que llevaron, y todos estaban limpios y no olían mal, al menos los de los hombres, lo cual es muy destacable. Quiero resaltar que hasta el papel higiénico era sin costo, como lo fue el estacionamiento también.

Ahí mismo, en la carpa de acceso, estaban entregando impermeables en un llavero de pelotita de TV4 y tomé uno por si acaso. Se instaló bajo esa carpa un pequeño pabellón con stands de negocios inscritos al programa “Marca GTO” que la verdad me pareció genial, porque aunque hay marcas ya con tradición y gran respaldo financiero como Corralejo o Lupillo’s, también estaban los Waffles del Jerez o las Tostadas de Manzanares que son pequeñas empresas familiares a las que una venta como la de anoche les salva el mes, y más si se considera que es el regreso a clases y todos los “gustitos” se mueren.

Me entretuve comprando una pizza, y en eso, puntualísimamente, a las 8, abrió el concierto la telonera: la regiomontana Marisol Castillo, quien se da a conocer como “La Dama del Bolero”. Ataviada en un hermosísimo vestido rojo, interpretó unas 6 canciones, entre las que destaco: “Ya te olvidé”, “Me nace del corazón” e “Historia de un amor”; todas perfectamente ejecutadas, aunque con pista. Hubiera estado padre que la acompañarán músicos en vivo, pero realmente eso no demeritó en nada su actuación. No sólo cantó bien, sino que supo “calentar el ambiente” para recibir a Alejandro Fernández. 

Terminó su participación para que en punto de las 8:25 comenzara el show de drones y… un diluvio. De media hora. De esos que caen en esta temporada, en esta región del país. Algunos corrieron a resguardarse, otros nos mojamos, y la mayoría se puso su impermeable y esperó. Por cierto, en la entrada del estacionamiento muchos vivales hicieron su agosto vendiendo impermeables de “mírame y no me toques” a 100 pesos. Siempre es mejor ir prevenido desde casa.

 

Me pareció muy interesante que en ningún momento se suspendió ni la parte de los drones ni un videomapping, incluyendo el sonido, a pesar de la tormenta. Esos equipos deben ser de altísimo nivel. El aguacero no sólo retrasó el evento en el escenario, sino también en los accesos, que ya eran un caos, donde muchos tuvieron que esperar en su coche para poder bajar y caminar. Por esta razón, alrededor de las 8:50, cuando ya la lluvia era muy ligera y tendiente a terminar, comenzaron las inspecciones de los técnicos en escenario y las pruebas del equipo de luz y video. Todo funcionó sin problema. Con eso resuelto y la gente entrando, a las 9:29 los mariachis sonaron y apareció el ídolo bajo los reflectores. La emoción estalló. 

En mi mente había dos ideas dando vueltas. Uno, que el concierto sería breve, por ser gratuito; dos, que Alejandro tal vez aparecería en condiciones inconvenientes o que haría algún desfiguro como los que desafortunadamente se han vuelto recurrentes. Para mi gratísima sorpresa, ninguna se cumplió. Se le veía relajado, concentrado, divertido, haciendo lo que tanto ama en un lugar que realmente ama. Cantó sus canciones, las de José Alfredo, las de Don Vicente… fue un espectáculo increíble, de más de dos horas y media sin intermedio. Bueno, hubo unos minutos de descanso en el clásico juego del “ya me voy” y el “otra, otra”. Pero regresó para cantar media hora más. Me llamó la atención que sólo tiene un corista hombre y dos mujeres. Ellas, por cierto, con unos atuendos fantásticos que realzaban la espectacularidad y belleza de sus piernas y ejecutando unas coreografías sencillas pero tremendamente vistosas.

 

Sin embargo, sí me quedó un sinsabor. Me quedé esperando la voz de pecho, bien colocada y bien ranchera del gran Alejandro Fernández. No sabría si es una o varias razones combinadas las que lo llevaron a cantar casi todo nasal y con unos finales de estrofa viciados por una apertura de voz que nada tienen que ver ni con el ranchero ni con las baladas, sino más bien con la banda y el pop, incluso en su registro más cómodo. Tal vez sus excesos, tal vez que no ha descansado pues venía de cantar en San Luis Potosí, tal vez el frío posterior a la lluvia, tal vez todo junto… deseo que sólo haya sido algo del momento y no que haya perdido ya sus asombrosas facultades vocales de otrora. Aún con eso, fue espectacular y se administraba para llegar razonablemente bien a las notas más altas y más bajas de su registro. Pero yo me quedo con el artista que comunica desde su emoción, y el hombre, al final, estaba algo cansado, pero muy feliz. 

 

Así, contagiados, felices todos, salimos al peregrinaje de regreso. ¡Hasta hora y media detenidos para salir del estacionamiento!, pero ahora con la agravante de los alcoholizados

En la incorporación de la lateral a la carretera 45 hubo un aparatoso accidente que restringía aún más la salida. Insisto, llevar tantos vehículos por un sólo acceso es una pésima idea y peor si habrá venta de alcohol. Finalmente, a la 1 am del día de regreso a clases, por fin salimos del atasco para volver a casa, a descansar para la faena que se avecinaba. 

Nos leemos pronto, En Público.

 

 

Deja un comentario